Más de seis años son demasiado
En estos días la Corte Suprema debe
tomar su primera decisión en el caso del General (r) Chacón. La defensa alega
que el General en retiro tiene más de 6 años en prisión. De hecho han pasado
más de 6 años desde el que comenzó el proceso sin que se haya dictado sentencia
y esto, sin duda, es grave. Cosas así no deberían pasar en nuestro medio. En el
derecho comparado, el retardo en el juzgamiento de una persona puede provocar
no sólo su liberación, sino incluso la anulación de todo el procedimiento
seguido en su contra. La teoría predominante en esta materia asume que el
Estado, que por definición es más fuerte que los acusados, debe asumir ciertos
límites legales a la hora de presentar casos penales. El plazo razonable para
llegar a juicio es, sin duda, una de esas limitaciones. El Estado tiene el
derecho de llevar a juicio a los que sean sospechosos por un delito. Pero no
tiene el derecho de mantener a una persona de manera indefinida bajo la amenaza
de llevarle a la
cárcel. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el
caso Suárez Rosero contra Ecuador, ha declarado ya que cinco años es un plazo
excesivo para mantener abierto cualquier caso penal, tenga la complejidad que
tenga (Sentencia de Noviembre 12, 1997). Nuestro Tribunal Constitucional, en el
caso Bustamante Romaní, ha ordenado hace poco la conclusión de un procedimiento
penal que llevaba abierto seis años, haciendo una declaración semejante
(Sentencia de Julio 14, 2006).
Y
es que el tiempo no es un mero formalismo cuando se trata de la justicia penal.
Los casos penales no tratan sólo sobre los problemas de posibles delincuentes.
Los tribunales penales deben decidir sobre la responsabilidad y la libertad de
los acusados. Pero a la vez deben establecer el significado de las
prohibiciones más importantes que rigen la conducta de todos (no dañar, no
defraudar, no corromper, entre otras). Los tribunales deben explicarnos
claramente qué es justo y qué no es justo conforme a la ley. Además los tribunales
deben demostrar claramente a los ciudadanos que el Estado es capaz de mantener
el equilibrio entre dos necesidades antagónicas: De un lado castigar
oportunamente delitos efectivamente cometidos, del otro controlar los excesos que,
con buena o mala intensión, pueden cometer las autoridades contra personas
inocentes. Ambos objetivos se perjudican si transcurre demasiado tiempo entre
el descubrimiento del hecho y la Sentencia del caso. Y es que el paso del
tiempo resta valor a los bienes que produce la justicia, como resta valor a
todos los bienes que pueden depreciarse.
El
retardo en el procedimiento es un problema del sistema anticorrupción.
Reconocerlo no implica atacar a nadie ni implica negar o cuestionar la enorme
energía moral que han impreso al sistema muchos de los magistrados que lo
integran y lo han integrado. Por el contrario, negarlo sería engañarnos. Además
el retardo es un problema de todo el sistema de justicia penal. El retraso de
los procedimientos ha provocado más de una crisis derivada de la liberación de
acusados por delitos violentos y sin duda provocará nuevos problemas en el
futuro.
Hay una serie
de soluciones de política general que sin duda hay que adoptar. Pero caso por
caso, el retraso debería provocar que se envíe al archivo las acusaciones que,
por el paso del tiempo, ya no tengan sentido. Si, contando desde que se
descubre el hecho, el Estado toma más de cinco años en llevar a juicio a una
persona, probablemente no tenga un caso convincente que presentar. Si teniéndolo,
no tiene interés en presentarlo, entonces es peor. En esas condiciones, dado
cierto tiempo, los Tribunales deberían estar autorizados a ordenar que se
presente el caso en el estado en que se encuentre, y de ser necesario, a poner
fin al procedimiento sin más debates.
Un caso que se
ha deteriorado por el paso del tiempo no es siempre producto de un abuso
permanente. También puede ser producto de un fracaso que hay que reconocer
responsablemente. De cualquier manera, ¿Para qué insistir en un asunto que no
termina de convencernos o que no somos capaces de terminar de probar?