Entrevista a César Azabache realizada por
Alejandro Castro Backus
Editor general de LaMula.pe
Leer el comportamiento de un tribunal en base a
prejuicios es un mal negocio. Esa es la principal conclusión a la que llegó el
abogado César Azabache sobre el caso del emerretista Eduardo Nicolás Cruz
Sánchez, 'Tito', versus el Estado
peruano.
"La Corte Interamericana ha demostrado que es
un tribunal de verdad", nos dice en su oficina, donde lo buscamos para
conocer su opinión sobre el fallo que pide investigar la muerte de 'Tito' y
concluye que no hay razones suficientes para pensar que otros dos emerretistas,
Herma Meléndez Cueva y Víctor Peceros Pedraza, hayan sido abatidos fuera del
enfrentamiento ocurrido durante la operación militar que puso fin al cautiverio
de 72 rehenes, tras 126 días en manos de miembros del MRTA en la residencia del embajador de Japón en
Lima, en 1997.
Porque si hay alguien que conoce bien este proceso
es él: fue agente del Estado peruano ante la Corte de San José en los albores
de este caso.
Azabache sostiene que para esclarecer la muerte de
'Tito' hay un nombre clave: el coronel (r) José Zamudio, un exoficial de la
Policía Nacional del SIN de Vladimiro Montesinos. Para empezar a cumplir el
mandato de la Corte, el Estado debe primero ubicarlo y luego ponerlo en manos
de la justicia.
¿Cuáles son
sus impresiones del fallo de la Corte Interamericana sobre el caso Cruz Sánchez
versus el Estado peruano?
En su decisión, la Corte concluye que no hay
razones para pensar que Peceros Pedraza y Meléndez Cueva hayan sido abatidos
fuera del conflicto, y reconoce que un conflicto de la intensidad del de la
embajada puede producir decesos que no son susceptibles a ser vistos bajo las
reglas de violaciones a derechos humanos, es decir, la parte más dura del caso
está resuelta a favor del Estado.
¿Y el otro
extremo del fallo, el de Cruz Sánchez?
Ese extremo de la sentencia no se refiere a los
comandos, se refiere a las intervenciones post recuperación de la embajada y
fueron la base desde el primer día sobre los que se organizaron los cargos
contra una persona en especial, que era el coronel Zamudio, jefe del grupo
Júpiter del SIN. Esa parte de la sentencia de la Corte Interamericana es la
misma que subsiste en la sentencia del tribunal ordinario y de la Corte
Suprema, de modo que es una sentencia que dice que hay incógnitas no resueltas,
como las condiciones en que se produjo el deceso de Cruz Sánchez en concreto,
no contiene ningún juicio negativo contra el operativo.
Si el
escenario que plantea la Corte IDH es el mismo que planteaba la decisión que
emitió el Poder Judicial peruano, ¿qué posibilidades hay de que los comandos
Chavín de Huántar vuelvan a ser investigados?
Ninguna. Este no ha sido un caso contra los
comandos, es un caso sobre las condiciones en que murió Cruz Sánchez. La falta
de claridad con que tocamos la muerte de Peceros Pedraza y Meléndez Cueva desde
el principio es una de las grandes fuentes de confusión que se han arrastrado a
los largo de todos estos años. De hecho, el tema de los comandos fue el gran
factor disociador, creo que no está totalmente claro entre nosotros que el
operativo y la historia legal de los comandos con este caso no tiene conexión
con la investigación sobre el deceso de 'Tito' y la fuga del coronel Zamudio,
quien es el que no ha estado presente en el procedimiento y no nos ha explicado
qué cosa es lo que puede haber pasado. Ese el cabo que está pendiente, no tiene
nada que ver con los comandos.
¿Por qué
entonces cree que el ministro de Justicia, Gustavo Adrianzén, dice que el
Gobierno ha hecho una defensa sin
precedentes de los comandos en este caso? ¿Qué pretende con ello?
Quiero pensar que el ministro, que además estuvo
involucrado en este caso como procurador del Ministerio de Defensa, está
tratando de expresar el respaldo que la sociedad y el Estado le deben a los
comandos en un entorno en que la preocupación por la suerte de estos ha
existido, pero no creo que una declaración de ese tipo tenga más alcance que
ese. Ahora, investigar las condiciones en que Cruz Sánchez pueda haber sido
abatido, ni es una tarea compleja ni tiene porqué ser sobredimensionada. La
escena es muy clara y se delimita a un momento posterior a la conclusión de la
recuperación de la embajada. Cruz Sánchez se había 'colado' entre los
rescatados, se 'disfrazó' como uno de ellos, pero es identificado y es devuelto
al equipo que Zamudio dirigía después de la recuperación de la embajada. ¿Qué
ocurrió luego? ¿Por qué 'Tito' tenía un tiro que provocó esta investigación?
¿Por qué su cuerpo estaba fuera del área de enfrentamiento? ¿por qué murió
luego de que combate había acabado? Esas son cosas que justifican una
investigación, que deben tener explicación, pero sobre las que no hemos tenido
ninguna versión en 18 años, eso es lo produce esa suerte de entrampamiento. Es
incómodo que el Estado no pueda dar cuenta del destino final de personas como
Zamudio que tendrían que responder sobre este tema, que provocó un falso riesgo
sobre muchos agentes de la Marina y el Ejército que no debían haber padecido
las consecuencias de esta historia sin aclarar en todo este tiempo.
¿Quién o quiénes
son los principales responsables en toda esta historia?
No entiendo por qué el señor Zamudio no se presenta
y nos cuenta toda su historia. Algunas veces, en mesas o conferencia hice el
ejercicio de preguntar a alumnos de Derecho cuál sería la máxima sanción
posible si es que fuera cierto que Zamudio estuvo involucrado en las
circunstancias post evento en las que muere Cruz Sánchez, y las conclusiones
son seis años o cuatro años. La posibilidad de que el deceso de Cruz Sánchez
corresponda a un exceso de un operativo militar conduce a un caso legal de
intensidad mediana, de modo que no haber asumido el procedimiento que se debió
asumir sobre el coronel Zamudio y sus subordinados desde el principio, nos costó todo esto, habría sido mucho más
sencillo aclarar las condiciones en que ocurrió este deceso desde el primer
día, no entrampar los juicios y generar un caso ante la corte IDH que solo se
explica porque nunca pudimos dar una respuesta a esta escena.
¿Ya con el
caso en la Corte Interamericana, la defensa jurídica del Estado fue la
adecuada? ¿Por qué le cuesta al Estado aceptar las circunstancias en que murió
'Tito', si ya internamente habían dos sentencias judiciales en ese sentido?
Yo la frase la cambiaría. Yo diría, ¿por qué es tan
difícil aceptar un caso que merece una discusión? Creo que el problema es que
no se comprende de qué se tratan estos casos internacionales. Y es probable que
algunos resultados desfavorables, y algunos inexplicables como del caso del
penal Castro Castro, hayan afectado mucho nuestra posibilidad de poder
relacionarnos de manera adecuada con la jurisdicción internacional. Rescato la
enorme coincidencia de contenido entre los fallos de la Corte Suprema y el de
la Corte Internacional. Eso muestra que estamos ante un tribual en forma, es
una prueba de que nuestros propios tribunales merecen la comparación. Fuera de
eso, creo que tenemos una cuestión interna por terminar de resolver, que pasa
por aclarar y reforzar los términos de solidaridad con los oficiales que
expusieron su vida en ese rescate. Creo que no es necesario confundir la cosas
para expresar esa solidaridad.
¿Fue
correcta la lectura oficial que ha habido sobre este fallo? ¿Es un triunfo de
este gobierno como se nos dice?
Creo que no es el triunfo de alguien en particular,
es básicamente el triunfo del último tramo en que se asumió el procedimiento
judicial por nuestros tribunales. Lo más importante para mí es confirmar de qué
manera el fallo de un tribunal como la Corte Interamericana coincide y respeta
la solvencia de la justicia local. La Corte dice prácticamente lo mismo que el
tribunal de Carmen Rojjasi y la Corte Suprema dijeron al concluir el proceso.
La sentencia no tiene una sola crítica a la forma en que esos dos tribunales
locales se pronunciaron, y hay muchas sobre el modo al que, innecesariamente
accidentado, el Estado peruano manejó el caso en este último tramo.
Llama la
atención la insistencia en que voceros del gobierno y el propio presidente
Humala decían que se ponía en entredicho a los comandos y a la operación ¿Qué
hay detrás de todo eso?
Eso fue un gran error. Ahí es donde yo creo que
tenemos confusiones por resolver, en la forma en que encaramos la solidaridad
con los comandos.
¿Es solo una
confusión o hay un tema político detrás?
No sé si la palabra político sea muy grande. Creo
que junto a esa confusión, hay una necesidad desbordada de confirmar que
protegemos a personas que no estaban expuestas, también hay errores serios en
la percepción de lo que significa una Corte de Derechos Humanos. Nos hemos
'sobreideologizado' en nuestro modo de abordar el sistema interamericano.
Tenemos un problema no resuelto sobre cómo percibimos las cuestiones de
derechos humanos. Todavía creemos que esa cuestiones se resuelven con un eje
que divide a los pro y anti, entre polos opuestos que tienen opiniones
irreconciliables sobre, por ejemplo, las conclusiones del informe de la CVR.
Creo que esta sentencia muestra que esa forma binaria se abordar este tipo de
temas no corresponde ni a la realidad ni a una manera adulta de encarar
desafíos que comprometen las cuestiones relativas a derechos humanos.
¿Cuál sería
su lectura del fallo y de la Corte IDH?
Esta corte Interamericana ha demostrado que no es
una reproducción del modo en el que, por ejemplo, la Comisión (Interamericana
de Derechos Humanos) abordó este caso. Hay una distancia infinita, entre lo que
las ONG y la propia comisión pueden hacer con este tipo de asuntos y lo que a
corte es capaz de decir. Creo que la mejor muestra de imparcialidad y
profesionalismo de esta corte esta expresada en esta sentencia, como lo expresó
en su día la sentencia del caso Berenson. El fallo demuestra que esto de tratar
de calcular lo que Corte va decir sobre la base de prejuicios solo lleve a
enormes dislates, a tremendas confusiones que luego provocan dificultades para
acomodar el discurso. Hay varias cosas que creo se han dicho en esta historia
que han sido innecesarias. Hay temores que se han difundido y han perturbado el
modo de comprender las cosas.
¿Cómo calmar
el griterío que hay en contra de la Corte Interamericana?
Esta sentencia nos debe ensañar que la Corte no es
ese monstruo que nos han pintado. Si la corte fuera todo eso que se dice de
ella pues tendríamos una reproducción en esta sentencia de la cadena de
confusiones que la Comisión Interamericana tenía en la demanda. Cuando la
comisión presentó este caso decía que el operativo entero de rescate estaba
afectado por un defecto en el planeamiento. La Comisión pretendía que en el
diseño del operativo tenía que haber dispositivos que permitan que los
terroristas que habían tomado la residencia sean arrestados y se les conduzca a
calabozos ordinarios. Eso era no entender en absoluto de qué se trataba una
operación militar de esta envergadura. La Corte tomó una distancia absoluta de
ese enfoque, ha descartado toda esta teoría gruesa que la Comisión planteaba,
según la cual los comandos tenían que entrar prácticamente con las manos
amarradas y luego esposar a los emerretistas. Esa distancia nos debería empezar
a enseñar mucho, porque no la estamos viendo. Creo que muchas de las personas
que pretendían hacernos creer que esto era blanco o negro, es decir, o se
ganaba todo o se perdía todo, deben empezar a notar que se equivocaron, que el
sistema funciona de otra manera y que no se le puede predecir en base a
prejuicios.
Si hubiera
seguido a cargo de la defensa jurídica del Estado, ¿habría hecho algo distinto
a lo que se hizo?
Esa una pregunta que no querría contestar, creo que
he dejado en claro qué pienso de este caso. Insisto, lo que quiero resaltar
ahora es el modo en que esta sentencia valida el desempeño de los tribunales
peruanos, que han dicho lo mismo que la Corte Interamericana, con algunos
matices, pero el resultado del juicio interamericano es el mismo que se produjo
aquí.
Como Estado,
¿debemos continuar y fortalecer el sistema interamericano o, como piden algunos
sectores políticos, retirarnos?
Retirarnos de un espacio que es capaz de ratificar
el carácter ejemplar de un un operativo como el de Chavín de Huántar, no parece
ser sensato. Este caso demuestra que el sistema judicial peruano es capaz de
reconocer las cosas correctas más allá de las distorsiones que el propio Estado
imponga, yo estoy seguro que los que más criticaron al sistema interamericano,
sobre todo los que más lo criticaron todo este tiempo, pueden prever que el
sistema puede diferenciar cosas complejas como la Corte lo acaba de hacer. Eso
nos enseña a todos que este sistema sí funciona y que sí podemos creer en él, y
lo que es más importante, que si dejamos de lado nuestros prejuicios, sí vamos
a poder calcular totalmente sus resultados. A lo tenemos que entrar es a una
revisión profunda sobre qué estamos haciendo cuando enfrentamos un caso de
derechos humanos, eso es lo que hay que hacer ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario